Adhocracia, gestión horizontal y tribal

Oulala tienes que decirte a ti mismo que el titular no anuncia un artículo de infinita claridad;) Y sin embargo, lo que mejor define a Davidson es: una empresa horizontal que ha adoptado los principios de adhocracia y gestión tribal. Algunas explicaciones ...

Empecemos por el concepto de adhocracia 

El neologismo adhocracia (que tiene su origen en la expresión latina ad hoc) es lo opuesto a burocracia. «Ad hoc» evoca una organización en la que las personas trabajan en grupos-proyectos poco formalizados que cuentan con una importante autonomía respecto a los procedimientos y las relaciones jerárquicas vigentes en las empresas tradicionales. El funcionamiento ya no se basa en reglas, sino en un consenso que emerge de un diálogo en el que todos pueden participar (ajuste mutuo) para mejorar los procesos y cumplir la promesa (la misión de la empresa, la entrega del producto al cliente, etc.).

Para que funcione:

  • Cada uno debe haber integrado el interés colectivo y hablar en su nombre (las decisiones las toman personas informadas sobre los objetivos estratégicos)
  • La información debe circular de forma transparente, flexible e incluso informal para promover la innovación
  • Los conocimientos existentes no son sacralizados, sino que son meros cimientos sobre los que construir otros nuevos.

Varias grandes firmas han puesto en marcha la Adhocracia a nivel organizativo, la más conocida de ellas es la NASA (muy bien, ¿no?)

No hay que confundirlo con el concepto de Holocracia (concepto destacado por la empresa Zappos, aunque no fue ella la que lo inventó, y explicado en Delivering Happiness: A Path to Profits, Passion, and Purpose, de Tony Hsieh).
La adhocracia no conlleva en absoluto la desaparición de los jefes. Y es mejor: nosotros creemos que son indispensables. Vamos, no los directivos ego(céntricos) que confunden la gestión con el autoritarismo, el control o el poder en estructuras verticales. Sino los directivos eco(sistema) que inspiran, eliminan las barreras en la toma de decisiones y favorecen la creatividad.

Lo que nos lleva… a la empresa horizontal (qué bien articulado está esté artículo ;.)).

Franck Ostroff, un genio

Cuando creamos Davidson teníamos ganas de «cambiar las cosas», ¡pero desde luego no teníamos, ni mucho menos, todas las soluciones! Así que cuando uno no es muy listo, lee. Por suerte, enseguida descubrimos «La organización horizontal», de Franck Ostroff. A principios de los años 90, Ostroff traza lo que debería ser la empresa del siglo XXI. Muy resumidamente:

  • Limita la importancia de la jerarquía (de ahí el título)
  • Tiene como principal preocupación la satisfacción de sus clientes (nada nuevo) y empleados (menos nuevo aún)
  • Utiliza la informática para alcanzar sus objetivos (visionario teniendo en cuenta que entonces se usaba Windows 3.1)
  • Fomenta la creatividad
  • Se basa en una cooperación facilitada por la transparencia de la información

Luego vienen 300 páginas explicadas, que a nuestro modo de ver son recomendaciones para aplicar. Gracias a eso, 11 años más tarde, recibimos un mensaje de demiurgo. ¿Que no se lo cree? ¡Haga clic aquí

Venga, ánimo, que ya casi hemos acabado

Pero todavía tenemos que hablarle de la Gestión Tribal. Un concepto extraído de un tercer libro que se titula… «Tribal Leadership» (Dave Logan, John King, Halee Fischer-Wright). En este libro, los autores describen 5 niveles de organizaciones, observados durante las auditorías realizadas en varios cientos de empresas.

Nivel 1: «La vida es un asco» La gente viene a trabajar con hostilidad y desesperación. No hay ningún rumbo establecido.

Nivel 2: «La vida no es un asco, solo la nuestra.» La gente es pasivamente antagonista: se cruza de brazos para juzgar. Lo han visto todo y todo ha fracasado. La innovación es casi inexistente. La urgencia se reserva para el descanso del café. La responsabilidad escasea.

Nivel 3: «Soy genial (y tú no).» A pesar de ser competentes, los empleados forman una colección de «guerreros solos», que quieren ayudar pero viven en una decepción casi continua cuando «otros no tienen su ambición de competencia o no les entienden». Sin embargo, esas personas están dispuestas a trabajar.

Nivel 4: «Somos excelentes.» Los miembros de la tribu de nivel 4 se sienten «atraídos por el grupo». Tiene un adversario externo (mientras que quienes trabajan en las fases 2 o 3 tienen adversarios internos mayores). Estas tribus tienen poca paciencia para la política, y los comportamientos individuales e injustos. Si hay personas que adopten estos comportamientos, serán rechazados por el grupo.

Nivel 5: «La vida es bella.» La innovación es habitual. Visión e inspiración se cruzan en los pasillos.

Para pasar del nivel 1 al nivel 5 hace falta un cambio de mentalidad de todos los miembros de la empresa, una evolución que se basa en unos principios fuertes (la inspiración vale más que las directrices, la síntesis es mejor aliada que el control, los proyectos de transformación puede iniciarse a todos los niveles por tríadas auto-organizadas y alineadas porque tienen una visión perfecta de la «gran misión» de la empresa).
¡Vale, nos damos un 4,5/5!

Cinco años después, ¿cuál es el retorno de la experiencia?

  • Entre 10 y 15 tríadas importantes se despliegan cada año para llevar a cabo proyectos, de forma colaborativa, sin presión de la dirección y con una rapidez y unos resultados que superan con creces lo que se habría conseguido de una forma «tradicional». Más allá de la capacidad de conseguir un «entregable», vemos también que los «V0» están a menudo cerca del «producto viable», porque evidentemente el hecho de reflexionar entre varios desde la génesis de los proyectos y pedir opinión a la comunicación (aunque no todos reaccionen, y menos mal…) permite «acertar» a la primera.
  • La gestión tribal pasó su prueba de fuego en abril de 2020 cuando la crisis del coronavirus «nos mandó a todos a casa» con decenas de problemáticas y oportunidades nuevas que tratar (mantener la motivación a distancia, maximizar la utilidad del tiempo disponible organizando formaciones, tomar las decisiones operativas adecuadas en el momento adecuado, poner a prueba la robustez de nuestra digitalización de los procesos, lanzar proyectos de optimización Fast Track… por citar solo unos cuantos). Las costumbres y los reflejos, que antes de este período tan particular estaban anclados, facilitaron la creación de una organización «de crisis» capaz de ejecutar rápidamente las iteraciones de un proceso que podríamos «resumir» en:
  • Analizar un evento
  • Identificar las alternativas que tiene Davidson en 24 horas
  • Utilizar la inteligencia de un colectivo para tomar la decisión óptima
  • Propagar la información y la decisión
  • Organizar la aplicación operativa en 72 horas
  • Medir la eficacia y volver a la etapa 1 si es necesario.

«Lo importante es que el proyecto sea compartido por los mejores»

Arsène Wenger